viernes, 13 de noviembre de 2009

Predicar y Aplicar: Un dilema que carcome la conciencia

El angustioso periodo de tiempo que ha transcurrido este semestre y el debate sobre el compromiso moral frente a la autonomía que debo ejercer en el estudio consagrado y juicioso del Módulo de E-Learning habitan y se expanden diariamente en mi mente, cual bola de nieve que crece a medida que se desliza por la empinada ladera. Máxime cuando en la actualidad dirijo la implementación de un proyecto de educación flexible ó en emergencia que propende principalmente por el uso de metodologías y pedagogías innovadoras en el aula para lograr la construcción de conocimiento en más de 3700 niños y niñas que están por fuera del sistema escolar a lo largo y ancho de toda mi Región Caribe.

Y es precisamente por esa afirmación que cobra más valor mi cuestionamiento interno, puesto que en ocasiones me siento como el típico líder religioso que pretende bajo la rigurosidad del dogma divino convencer y dominar a sus feligreses mientras dura el ritual donde se reviste de los hábitos y de la majestuosidad del templo, pero una vez acaba la función y regresa a su realidad terrenal se convierte en un flagrante transgresor de su prédica.
En el proyecto Círculos de Aprendizaje trato de inculcar en mis fieles (equipo de trabajo) por el uso de las metodologías enmarcadas en la pedagogía de la escuela nueva, pero cuando ingreso como estudiante a un curso virtual, donde mi docente pretende usar métodos alternativos para lograr un proceso de aprendizaje transparente, me convierto en el ser más conductista y tradicional en cuanto a la aplicación de metodologías flexibles se refiere.

No obstante, desde ayer he decidido romper este oscuro paradigma y he descubierto que siempre existirá una nanodistancia entre los puntos que unen la línea que configura este círculo vicioso. Y es justamente por esa pequeñísima abertura que ha fluido esta luz esperanzadora fundamentada en una situación caótica del pasado reciente, pero proyectada con un espíritu reflexivo para que mi prédica sea con el ejemplo. Ejemplo que nace como el compromiso de asumir una posición autocrítica que se concreta en acciones como la escritura de este blog, el auténtico e irrenunciable derecho a demostrarme y demostrarle a mis colegas declaro mi liberación de la DOBLE MORAL y mi obligación personal de generar un nuevo comentario crítico que responda con las expectativas académicas de mi tutor y que despeje el océano de inquietudes que me formuló ante la posible tibieza de mis argumentos y la escasa contundencia de las afirmaciones y citas que los sustentan.



Muchas cosas pueden pasar una vez logre superar esos tres desafíos; (1) que sea demasiado tarde para reaccionar, (2) que sea muy poco lo que logre vs. lo que se pretende del curso, ó (3) que logre realmente generar unos productos conscientes que me devuelvan la confianza y la tranquilidad interior logrando girar 180 grados este título que se ocurrió al iniciar esta reflexión. Para que al final pueda pronunciar como propia la frase de Anne Robert Jacques Turgot: “El principio de la educación es predicar con el ejemplo”.

1 comentario:

  1. Maravilloso título. Un dilema que los docentes vivimos de manera consciente o inconsciente a diario. Y creo que no sólo en nuestras prácticas laborales, sino a todo nivel. Ahora bien, si algo hemos aprendido en elrn09 es que nunca es demasiado tarde para reaccionar, lo cual ya sería un primer logro bastante significativo. Y definitivamente, interesante explorar por qué replicamos como estudiantes lo que criticamos como docentes. Qué buena introspección, indicio de cómo empieza uno a concebirse como aprendiz en este nuevo tipo de ambientes educativos. Ojalá se permee en 'tus fieles' esta vocación reflexiva.

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