Downes: Sus predicciones y mis pensamientos

En primer lugar me sorprende de la lectura de Downes, "El futuro del aprendizaje en línea: Diez Años Después", su acertada prospectiva tanto sobre la entrada al mercado de nuevos dispositivos digitales y la potencialización de las capacidades de cómputo y almacenamiento, como por la disparidad que 10 años después existiría entre los afanes de la actualización tecnológica y la inercia de la incorporación de las mismas a los procesos de la sociedad y particularmente a los educativos.

Para los ciudadanos del siglo XXI, la implantación de la sociedad de la información y del conocimiento en todos los estamentos de la sociedad es un hecho indiscutible. El éxito en la sociedad del conocimiento requiere la capacidad, tanto, de llevar a cabo aprendizajes de diversa naturaleza a lo largo de la vida, como de adaptarse rápida y eficazmente a situaciones sociales, laborales y económicas cambiantes. Las TIC tienen un potencial reconocido para apoyar el aprendizaje, la construcción social del conocimiento y el desarrollo de habilidades y competencias para aprender autónomamente.

Infortunadamente Colombia ha iniciado tarde la labor de innovar su modelo de educación, a la par de los cambios tecnológicos, y seguramente distará de colocarse a la vanguardia de la temática en el concierto Latinoamericano. Del grado de preparación y de compromiso de los líderes políticos y de los directivos educativos dependerá que el país navegue con buen rumbo sobre las aguas de la sociedad del conocimiento ó se hunda inevitablemente en su incapacidad de romper los paradigmas tradicionales y superar los mitos que se han afianzado de forma consuetudinaria en el sistema educativo.

Un análisis del contexto reciente del uso de Tic en el País, realizado por la Asociación Colombiana de Organizaciones No Gubernamentales para la Comunicación Vía Correo Electrónico (COLNODO), aclara que aunque el gobierno colombiano ha invertido tiempo y recursos importantes en los programas de internet social, Colombia se posiciona sistemáticamente por debajo del promedio mundial y regional al analizar datos estadísticos tales como el número de usuarios de internet y los índices de oportunidad digital, e-readiness y difusión de TIC (Paz, 2007). Algunas conclusiones importantes de este informe demuestran que Colombia tiene un entorno favorable y ha invertido muchos esfuerzos, sin embargo, hay aún elementos para profundizar en cuanto al desarrollo de políticas de TIC. En particular:

- No se tienen actualmente políticas de acción positiva que favorezcan el acceso y uso de TIC por grupos vulnerables.
- Los informes de la CRT no producen cifras diferenciadas para saber de ese porcentaje de usuarios de Internet quienes son campesinos, indígenas, mujeres o jóvenes, quienes habitan en zonas rurales o a qué actividades productivas se dedican. Departamentos de la región pacífica, como Nariño y Chocó no figuran en las cifras oficiales.
- Lograr alianzas es todo un desafío dado que los mismos programas de TIC desde diversos ministerios y entidades estatales no necesariamente dialogan entre sí.
- Además de los programas nacionales, existen iniciativas departamentales y municipales que buscan masificar el uso de las TIC, pero no existe una convergencia y trabajo articulado entre esos proyectos impulsados por los gobiernos locales y los programas nacionales.
- En los últimos años se nota un esfuerzo por trabajar en temas como el acceso a la información, desde entidades del Estado especialmente, en preparar y difundir recursos educativos y en avanzar en procesos de capacitación. Sin embargo, se debe fortalecer la producción de contenidos locales que evidencien la diversidad cultural del país.
- En Colombia, la convergencia tecnológica es importante dado que, mientras apenas un 13,5% de la población tiene acceso a Internet, más del 50% tiene acceso a teléfonos móviles.
- No existe todavía una ley de telecomunicaciones que promueva el desarrollo del sector, la oferta de servicios a costos razonables y sobre todo el acceso a servicios de telecomunicaciones y a la sociedad de la información por parte de todos los ciudadanos.

A pesar de la presentación del anterior escenario, es innegable que el País ha crecido en materia de utilización de TIC en la sociedad. Es destacable el papel que están jugando, de manera transversal, las políticas orientadas al uso de dichas tecnologías en un ambicioso plan estratégico, orientado a mejorar la calidad de vida de los colombianos.

Dichas políticas se encuentran definidas en el Plan Nacional de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (PNTIC).

Aunque estas barreras parecieran insuperables, la apuesta de las instituciones educativas y de los nuevos educadores en el marco de la sociedad del conocimiento deben propender para que los educandos potencien sus capacidades de pensamiento teórico y abstracto; de pensamiento estratégico; de responder creativamente a situaciones nuevas; de comprensión global del proceso tecnológico; de sólida formación lógico-matemática e informática; de autonomía en la toma de decisiones; y, por último, de conciencia de los criterios de calidad y desempeño (Filmus, 2003).

Algunos interrogantes a profundizar:
- Si los cambios tecnológicos ocurren con tanta frecuencia y velocidad y si los mismos logran pernear tantos aspectos de la vida cotidiana, ¿por qué la educación no incorpora dichos cambios al mismo ritmo?

- Cómo desmitificar en Colombia el estigma que se ha colocado históricamente a la educación a distancia, entendiendo que las TIC son eun componente efectivo para hacer educación de calidad, ampliando la baja cobertura del País?